La exhumación de los restos de Neruda se llevarán a cabo en
cinco días más (8 de abril de 2013). Antes, ocurrió algo similar con los de Salvador Allende, para ver si el ex Presidente de Chile se había suicidado
o, simplemente, fue víctima de un asesinato. Lo paradójico de este asunto es
que, cuarenta años después, se vuelven a buscar indicios del asesinato del mártir
chileno, donde muchos de los involucrados en el golpe militar ya están ancianos
y nunca tuvieron juicios relevantes de por medio, o, por lo menos, cumplido una
verdadera sentencia por sus acciones. Pero acá hay algo más. La muerte de Allende
fue finalmente declarada como muerte por suicidio. Y ahí se quedó todo. Manto
blanco a la historia y a los hechos reales. ¿Quién sabe de éstos y guardó
silencio cómplice?. ¿Quién movió o extrajo huesos de Allende para acallar la
verdad?.
En el caso de Pablo Neruda está ocurriendo lo mismo. Idéntica
cantidad de años. ¿Pero, por qué Chile demora tanto en juzgar a delincuentes y
asesinos?, ¿Por qué encubre la verdad?. ¿Qué mentes tiene esta nación que
siempre incurre en lo mismo?. ¿Es un país enfermo desde su creación, desde los
tiempos de la independencia?. Por ahí vamos.
Lo peor de este asunto, es que, como ahora todo se manipula
y ya no se puede creer en nadie, debido a que las mafias del poder están en
cada rincón del planeta, nada de raro que a Neruda no le encuentren nada y todo
quede ante la historia como otro disparate de quienes hicieron la denuncia. Y
de ser así, sería muy penoso.
Lo concreto es que a mí nadie me mete el dedo en la boca
respecto a asesinatos que han quedado etiquetados en la historia como muertes
por enfermedad, suicidios, o enfrentamientos.
Carlos Amador Marchant, abril 2 de 2013, en Valparaíso,. Chile.
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